viernes, 26 de octubre de 2012

Los rancheros


La arriería fue un oficio de rancheros. No todos los rancheros eran arrieros, pero por lo general todos los arrieros fueron rancheros, porque sólo ellos tenían la capacidad de trabajar habitualmente con bestias de carga. La gente de ciudad, dedicada a otros menesteres, aprovechaba bien los servicios del arriero, pero no conocía el oficio.
El ranchero, tan ligado a la arriería, tenía un perfil muy característico. La plaza del mercado en Veracruz es un documento anónimo escrito probablemente por un extranjero, quizás inglés, a quien tocó vivir el final de la guerra de Independencia de México (1821). Este documento hace una descripción interesante del puerto jarocho en el Siglo XIX, con sus diferentes clases sociales, y refiriéndose al ranchero o modesto agricultor, dice lo siguiente:
El ranchero mexicano cuando no está ocupado en la venta de sus productos en el mercado, viene cruzando la campiña sobre su pequeño, briosísimo y muy enjaezado corcel al que obliga a hacer cabriolas y con el que se precipita en el mercado como un caballero. Jala con rudeza del caballo, levantando así mucho polvo, y en medio de un gran tintineo producido por los botones y ornamentos de plata y latón se apea envuelto en la nube de polvo y arena que ha levantado, como alguien que hubiera realizado una proeza magistral digna de ser admirada, entrando a la plaza con aire de potentado, con airosa vanagloria, consciente de la admiración general y ansioso de mostrar en reciprocidad una cortesía amplia a todo el mundo… Las bridas de su caballo son de plata maciza, porta un cuchillo de hoja muy ancha (machete) o una espada que cuelga elegante y amenazadoramente del cinturón y se cimbra suavemente junto a su muslo izquierdo. Constantemente saluda quitándose el sombrero y estirando el brazo a todo lo que éste pueda dar, pero apenas sonríe.
Si el apreciable lector desea más información sobre el origen y desarrollo del caballo en México, lo invito a leer el siguiente artículo:

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